¿Qué es el alma? III

Marcos Barraza

En esta primera pregunta al sistema de Aristóteles de aprendizaje no asistido, pareciera que la respuesta ha sido demasiada larga y confusa, sin embargo, dada la complejidad de la pregunta y lo mucho que se ha discutido a través de los siglos, la respuesta se podría calificar de reduccionista, ya que unas cuantas frases no describen la profundidad del pensamiento de los filósofos que han argumentado el tema.

Pareciera también que hay contradicciones entre ellas y solamente una descripción debiera tener la razón, pero no hay una evidencia definitiva en ninguna de las teorías y tampoco cumplen con los criterios del método científico, por lo que todas debieran permanecer en el océano de incertidumbre de Edgar Morin en espera de que la ciencia avance más.

Aristóteles afirmaba que las afecciones del alma se manifiestan en el cuerpo por lo que su estudio debiera estar en manos de los físicos y desde ese punto tiene razón, la física ha cambiado nuestra forma de concebir el universo y hasta modificado la cosmogonía de los pueblos.

 

Copérnico cimbró la filosofía al demostrar que la tierra giraba alrededor del sol y la tierra no era el centro del universo, poniendo en aprietos las teorías griegas del universo. Newton demostraría que los planetas no requerían de una fuerza o alma que los mantuviera en movimiento, dando al traste con la idea de que el alma era la razón del movimiento planetario.
Brown descubriría que todo está en movimiento, tenga vida o no.

Maxwell y Boltzmann demostrarían que Demócrito no estaba loco con su teoría atómica. George Lemaitre destruiría la teoría de un universo inmóvil y perfecto con su teoría del BIG BANG.

Schröedinger acabaría con el determinismo en la física de la misma forma que Ilya Prigogine con su estructuras disipativas y sus procesos irreversibles declara que se debe de establecer un nuevo diálogo entre el hombre y la naturaleza, esto es, una nueva filosofía.

Lo cual nos lleva a permanecer en el muelle de la isla de certidumbre que nos da la fe, pero con la mira a ese océano de incertidumbre de fenómenos inexplicables y fascinantes sobre los que debemos de teorizar en busca de respuestas más convincentes.

Regresando al tema del alma después de ver a Rousseau es interesante ver a Kant, ambos liberales pero diferentes en la praxis, la escuela de Rousseau obstinada y la de Kant sensible, la primera desemboca en Stalin a través de Bentham, Ricardo y Marx y la otra en Hitler, mediante Fichte, Byron, Carlyle y Nietzsche.

Su desarrollo no ha sido totalmente de ideas, sino en gran medida por las circunstancias y por el reflejo de estas circunstancias en las emociones, dejando relegado el estudio del alma en sí misma, un alma afectada por el entorno.

David Hume, cree imposible el conocimiento del alma y reduce toda la vida psíquica a un conjunto de percepciones que se suceden con rapidez inconcebible en perpetuo flujo y movimiento.

John Locke afirmaba el alma es una “tabla rasa”, un papel en blanco donde no hay nada escrito y donde todo deberá ser registrado por la experiencia.

George Berkeley a su vez afirmaba: las ideas son pasivas, son percibidas por una substancia incorpórea, el alma, que es activa y puede engendrar ideas.

Voltaire por su parte expresaba: La palabra alma es una de esas palabras que pronunciamos sin entenderlas, sólo entendemos las cosas cuando tenemos idea de ellas, no tenemos idea del alma, luego no la comprendemos.

Kant considera que hay tres ideas trascendentales: Alma, mundo y Dios y estas Son conceptos puros de la razón, ideas trascendentales.

Mediante la idea de alma, dice Kant, unificamos todos los fenómenos del psiquismo; es la condición incondicionada de todos los fenómenos psíquicos.

Hegel es uno de los filósofos mas importantes de su época, considerado como un rebelde de la dialéctica, tendría gran influencia en Marx y en muchos filósofos que le sucedieron el pensaba sobre el alma que:

El Alma es la inmaterialidad de la naturaleza

El alma es la sustancia que le permite todas las formas particulares y singulares que el Espíritu puede tomar.

El Alma es el sueño del Espíritu.

Hegel recalca que existe una concepción errónea del Alma cuando se
supone ella como inmaterial, ya que el Alma es la manifestación material del Espíritu en la Naturaleza.

Alma y cuerpo son entidades diferentes y autosuficientes

Hegel propone que para el conocimiento del Alma se diferencie artificialmente en tres:

  1. Alma natural (el alma que solamente es inmediatamente).
  2. En relación con el Alma individual: El alma sensitiva (o que siente).
  3. En su corporeidad: El alma real.

Como ven el tema es muy extenso y si quiere abundar en el, Hegel puede ser un buen punto de partida. Seguiremos con el tema la próxima semana.