Religión y civilización

Desde hace décadas una gran cantidad de intelectuales y académicos han arreciado sus ataques contra las religiones y eso ha tenido un impacto en la sociedad.

Los dogmas se han puesto en entredicho, la moral se deteriora y el culto ha venido a menos de manera importante, en forma paralela y probablemente vinculante, se aprecia en la sociedad una tolerancia inaudita de los vicios, las depravaciones y la violencia.

El respeto por los padres, los mayores, la familia y los valores es cosa del pasado, se autorizan las drogas, se legitiman las depravaciones, tenemos menos empatía con los que sufren y se pondera sobre cualquier cosa el placer, independientemente del origen de este.

Es por esto que se antoja hacer una revisión del papel de las religiones en la construcción de las civilizaciones.

Los antropólogos tenían la idea de que las religiones habían aparecido como consecuencia de la agricultura, el poder establecerse en un lugar le permitía avanzar en el conocimiento, sin embargo, el descubrimiento del templo de Gobekli Tepe les ha hecho pensar que desde el tiempo de los cazadores y recolectores había el deseo de adorar y dar gracias a las fuerzas creadora.

Hasta ahora se había considerado el inicio de las civilizaciones en Sumeria hace alrededor de 6,000 cuando aparecen ciudades mas grandes que las tradicionales aldeas neolíticas, aparece el poder político con palacios y reyes de igual manera los templos y sacerdotes con complejas religiones, sin embargo el hallazgo de este templo con una antigüedad de más de 11,000 años con monolitos de hasta 15 toneladas y figuras de animales y símbolos finamente labradas en la piedra hacen pensar que el culto a las divinidades está en todas las eras del hombre.

Uno de los elementos esenciales para el desarrollo de la especie humano ha sido el trabajo cooperativo dentro de los colectivos humanos y para que este se dé, son necesarias las reglas de convivencia y los objetivos.

¿Quiénes somos? ¿Qué queremos? Y ¿Cómo lo vamos a lograr? Preguntas sencillas que generan respuestas complejas porque el quienes somos te genera otras preguntas como ¿de donde venimos? ¿Para que estamos aquí? ¿Cuál es nuestra relación con el universo? ¿Qué trascendencia tiene la vida? Y decenas de preguntas similares.

En aquellos tiempos y quizás también en estos, la única herramienta para tratar de contestar estas preguntas es la mente y dentro de estas, su capacidad de reflexionar y deducir a partir de la observación y las conclusiones preliminares.

Al contemplar las noches estrelladas, los ríos, las montañas y la vida sin duda se preguntaron ¿Quién lo hizo? ¿Una persona o una cosa? Lo más probable es que fuera una persona y ¿Cómo es esa persona? Pues sin duda una persona muy poderosa e inteligente por lo que muestra su obra y surge un deseo de agradecimiento y adoración por El que creo todas las cosas.

Se conoce poco de las reflexiones que generaron las primeras religiones, lo que si se sabe es que las personas con conocimientos profundos eran muy pocas y la mayor parte de la población dedicaban el mayor tiempo de su día en el trabajo físico y poco tiempo al desarrollo del conocimiento, de allí que se requiriera de parábolas para trasmitir el pensamiento complejo y se personificaran algunas fuerzas y elementos necesarios para la vida.

Afortunadamente se conservan libros que nos hablan del trabajo deductivo de los griegos así podemos ver como Aristóteles llega al concepto de motor inmóvil, un concepto metafísico que describe al motor inmóvil como la primera causa de todo movimiento en el universo que a su vez no es movido por nada, como el ser vivo que genera toda la vida pero que no fue generado.

Platón y Aristóteles definen a Dios como causa primera de todas las cosas y fenómenos, en tiempos recientes Leibniz y Wolf apoyan esta teoría, San Agustín llega al concepto de Dios a través de un análisis ontológico cuya tesis impulsaría Anselmo de Canterbury, hay otras demostraciones como la gnoseológica, psicológica y moral.

Para Kant Dios es un ser supra experimental e inteligible por lo que su existencia es imposible de demostrar, sin embargo, existe una fuerza vital cuyo origen se desconoce que nos impulsa a vivir, crecer, desarrollarnos y creer, la fe y bajo la fe no se requiere ninguna demostración ni comprobación.

Bien, con el fundamento de la existencia de Dios se desarrolla el dogma y ahora veamos la moral, entendida como una serie de normas que asume quienes se integran a una religión, la moral lleva su origen en su nombre, mor moris costumbre y es eso un conjunto de buenas costumbres para agradar a Dios pero sobre todo para convivir con las personas que nos rodean y con nosotros mismos.

Viene el culto como manifestación de nuestras creencias y costumbres.

La destrucción de las religiones, nos lleva a la barbarie, a regirnos por lo más elemental, por nuestros instintos y pasiones, por el egoísmo, rompiendo la convivencia y poniendo en riesgo la civilización, la sustitución de la moral por la legalidad está mostrando su fracaso en el incremento exponencial de los vicios, las depravaciones y la violencia, creo que ha llegado el momento de repensar nuestros orígenes y dudar un poco de las nuevas corrientes de pensamiento mal llamadas “progresistas” y “revolucionarias” porque en los hechos resultan retrógradas e involutivas.