La naturaleza del alma

Marcos Barraza

Difícilmente encontraremos un tema más perturbador y antiguo como el del alma, si en una mirada retrospectiva analizamos el origen de ideologías, religiones y filosofías, encontraremos que esas divergencias se originan en la definición que tengan del alma.

¿Sólo los hombres tenemos alma? ¿Muere el alma con el cuerpo? ¿Es local o global al alma? ¿Es material o inmaterial?

De los tratados más antiguos y extensos sobre este tema y que podemos leer en estos tiempos es el libro de Aristóteles cuyo título es “Acerca del Alma” en este libro, el autor relaciona al alma como la diferencia entre lo animado y lo inmóvil, entre lo vivo y lo inerte.

Aristóteles considera que todo lo vivo tiene alma, pero de diferente tipo y los clasifica en 3 clases, el alma nutritiva, característica de los vegetales que busca la alimentación y la propagación de la especie, el alma sensitiva que le permite la interacción con el medio, en ella incluye a los animales y finalmente el alma racional que le permite al hombre reflexionar sobre su entorno y sobre sí mismo.

Esta alma racional dice estar compuesta de dos intelectos, el intelecto agente que tiene como principales características el ser inmaterial y colectivo, además el intelecto paciente que es el que nos permite adquirir conocimiento del intelecto agente.

El alma colectiva es un tema recurrente en los filósofos de la antigüedad, Sócrates afirmaba que no aprendíamos solo recordábamos, Aristóteles va más allá considera que el intelecto agente tiene todo el conocimiento que se decanta al intelecto paciente por la experiencia y la reflexión.

Considera que el ser está en el intelecto paciente totalmente material por lo que muere con el cuerpo, mientras el intelecto agente es inmaterial y eterno.

Platón también considera que el alma es la que anima a los seres vivos pero además la establece como principio de racionalidad, dotada de carácter divino por lo cual nos vincula con Dios y es inmortal.

Platón también la divide y la localiza dentro del cuerpo humano, le asigna el alma racional al cerebro la cual nos faculta para obtener conocimiento, realizar el bien y la justicia.

En el pecho ubica el alma irascible donde se encuentra el valor, la voluntad y la fortaleza, finalmente el alma concupiscible donde se encuentran los placeres y apetitos sensibles y está en el hígado.

Pitágoras creía en la trasmigración del alma, al abandonar el cuerpo migra a otro ser vivo, le gustaba predicar a los animales porque ahí podría estar el alma de algún familiar o amigo fallecido.

Heráclito consideraba que el alma era una combinación de fuego y agua, el fuego era noble y el agua innoble, lo que nos definía era la cantidad relativa de cada uno de estos elementos.

Para Demócrito el alma estaba formada por átomos parecidos a las partículas del sol en un día sin viento y el pensamiento un proceso físico, en sus ideas del alma podemos encontrar el nacimiento del materialismo, para él no había propósito en el universo solo átomos regidos por leyes mecánicas.

Dentro de los griegos hay una teoría muy interesante, la del alma universal como “creadora de los cielos, las estrellas, los planetas y todo lo que hay en ellos”, el pensamiento generando materia, dirían los seudo cuánticos, una idea que tiene actualmente seguidores que frágilmente extrapolan la física cuántica para afirmar que la conciencia genera materia, Schröedinger el padre de la mecánica cuántica  después de un libro de argumentos llega a la conclusión de que la mente es intemporal no está en el espacio tiempo, por lo cual no tiene, ni un antes ni un después es eterna e inmaterial, casualmente estos atributos se los da Aristóteles al espíritu. Para usted ¿qué es la mente?